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Lex Vitae; Veritas Universalis

LA ASCENSIÓN DEL DRAGÓN


You can be anything you want to be. Just turn yourself into
anything you think that you could ever be. Be free with your
tempo, be free, be free. Surrender your ego.
Be free, be free to yourself... [*]






«LA MISIÓN DEL DRAGÓN»


Cuenta la leyenda que el Buda llamó a todos los animales para que se acercaran a él antes de que partiera de la Tierra. Sólo doce animales acudieron a su llamado. El Buda los recompensó nombrando a uno por año según el orden en que cada uno había llegado. Por lo tanto, los animales formaron una secuencia de doce ciclos, comenzando con la rata, y siguiendo por el buey, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro, y por el último; el cerdo o jabalí.

Hasta ahora esta fábula se ha contado como el evento que establece y ordena a los doce animales del Horóscopo Chino, pero ¿ha sido esa la única intención del Buda? ¡No, por supuesto que no!

Hoy, después de tantos años, conoceremos la historia que ningún oído humano ha escuchado jamás…

Al percibir su eminente partida de la Tierra, el Buda debía asegurarse de que alguien custodiase el máximo tesoro que se le había confiado desde tiempos inmemoriales. Este tesoro invaluable era la Brújula del Destino, desde el comienzo de los tiempos fue una luz, una guía para la Humanidad, para los hombres y mujeres que buscaban las Verdades Universales, era un regalo de la Diosa de la Tierra.

A través del tiempo quienes han sido escogidos para salvaguardar este divino tesoro tienen la misión de encontrar las Verdades Universales de sus tiempos, ellos deben transitar por el infinito sendero de la Perfección.

El Buda había entendido que el Camino de la Perfección es un camino infinito, una búsqueda que se extiende hasta el fin de los tiempos. Con determinación y esfuerzo el Buda ha dedicado su vida a encontrar algunas de estas Verdades Universales y cuando las encontró, las transmitió a sus seguidores. Muchos discípulos del Buda, incluyendo a los más expertos no entendieron que la Perfección y el camino en la búsqueda de la Verdad son infinitos. Por ello, él enseñó que muchos Budas habrían de venir en el transcurso de los tiempos.

En su visión del futuro el Buda también percibió un peligro eminente, un imperio de occidente se jactaría de ser el único dueño de la Verdad y tratarían de dominar al mundo, quienes se enfrentasen a ellos, morirían o serían calumniados. Percibió también que muchos se revelarían en contra de los dogmáticos, que una disciplina nueva nacería, pero la batalla contra los opresores imperiales duraría bastante tiempo.

En este contexto, el Buda decidió elegir a uno de los doce animales para ser el eterno guardián de la Brújula del Destino. Pero, ¿cuál de estos animales podrían cumplir con tal hazaña?

De los doce animales que visitaron al Buda en aquella célebre ocasión, el único animal que aún infundía el respeto de los hombres era el Dragón, el único animal al cual los humanos no podían someter; su decisión fue obvia.

Es así como el Buda le otorgó al Dragón la azarosa misión de salvaguardar eternamente el tesoro más valioso de la Humanidad. Desde entonces, la Brújula del Destino ha sido custodiada por este místico animal y sólo es revelada de tanto en tanto a los hombres y mujeres que han de transitar por el camino infinito en la búsqueda de las Verdades Universales.

En la cultura oriental, los seguidores del Buda han respetado y han venerado a los Dragones; ellos causan admiración, fascinación y son objetos de cultos de celebración y devoción.

Sin embargo en la cultura occidental las cosas son diferentes, imperialistas del viejo mundo trataron de apoderarse de la Brújula del Destino para que ninguna mente libre pueda transitar por el Sendero en la búsqueda de las Verdades Universales, ellos se jactaban de ser los únicos dueños de la Verdad.

Cuando no pudieron hacerlo inventaron toda clase de calumnias, catalogaron al Dragón como una personificación del mal, como una representación del propio diablo.

Es cuando el Dragón decidió exiliarse en las constelaciones estelares del Norte donde ningún humano puede llegar. Año tras año, siglo tras siglo, el Dragón ha estado cumpliendo con la misión que el Buda le había encomendado.

El Sendero en la búsqueda de la Verdad fue iluminado con la Brújula del Destino cuando las mentes de hombres y mujeres se despertaban para realizar la misión de sus vidas...


[FIN DE LA PRIMERA PARTE]




«EL RECONOCIMIENTO DE GAIA»


En los inicios del Siglo XXI una situación sin precedentes en la Historia de la Humanidad interrumpió los patrones de la Vida en la Tierra, había evidencia que la contaminación ambiental y la devastación de tierras causadas por los humanos estaba llevando a la extinción de muchas especies de plantas y animales, y sobretodo estaban poniendo en riesgo de extinción a su propia raza.

La Diosa de la Tierra, se encontraba angustiada por aquella situación, se preguntaba por qué la Humanidad había llegado a esta encrucijada, por qué corrían el mismo peligro que los Dinosaurios. ¿Acaso la Naturaleza nos los había bendecido con la Dádiva de la Inteligencia Creativa?

Fue cuando Asclepios (Ophiucus), conocido como el dios de la Medicina, se presentó ante Gaia para consolarla diciendo que tal situación puede ser revertida si tan sólo los humanos descubrieran la Verdad Universal, descubrieran la Ley Universal de la Vida y actuasen a favor de esta…

– ¿Y cómo se podría hacer tal hazaña? preguntó Gaia. Sabes como yo que ellos deben descubrir esa Verdad por sí solos.

– Asclepios respondió, ¿y si esa Verdad ya fue encontrada por un hombre?

– Los ojos de Gaia se llenaron de esperanzas y brillaron como la luz de mil soles. ¿Y quién es este hombre? ¿Por qué no la revela al mundo?

– No lo sé, pero si sé quien lo sabe. Él lo sabe, aquel que custodia la Brújula del Destino sabe quien es este hombre, pero no está dispuesto a revelarlo. Hace mucho tiempo atrás algunos hombres quisieron apoderarse del preciado tesoro, por ello se exilió en las constelaciones del Norte, el Dragón está disgustado con los hombres, pero asimismo nunca ha descuidado la misión que el Buda le encomendó –respondió Asclepios.

- ¿Qué podemos hacer para que el Dragón nos indique quien es este hombre? ¿Qué podemos hacer para qué este hombre revele esta Verdad Universal al mundo? -preguntó Gaia

– Sólo se me ocurre una cosa: agradecimiento y reconocimiento… –interpeló Asclepios y continuó…

– El Dragón es un ser orgulloso, su vanidad puede servirnos. Aunque ha permanecido en exilio, sin establecer vínculo alguno con los humanos desde entonces, siempre ha deseado que toda la Humanidad lo respete, lo admire, de la misma forma que lo hacen los pueblos del oriente. Tal vez sea tiempo de que el Dragón sea reconocido por su transcendental misión –agregó Asclepios.

– ¿Por qué sospecho que ya has pensado en una forma para hacerlo? ¿Necesitas algo para cumplir con este plan, Asclepios?

– Sí, sólo tú puedes hacerlo, sólo tú tienes el poder para hacerlo. Diosa de la Tierra, desde tiempos inmemoriales he servido a la Humanidad como Dios de la Medicina, desde entonces gozo de la antipatía de los dioses y la ingratitud de los humanos.

Ahora, los humanos a través de los avances tecnológicos y los conocimientos médicos adquiridos tras siglos de estudios parece que han podido prescindir de mis servicios.
Aunque soy una de las trece constelaciones zodiacales, ellos siempre sólo han considerado que existen doce. Me gustaría proponerle al Dragón que intercambiemos nuestros lugares estelares. Sé que él no dudará, pero debe ser decretado por un Dios o una Diosa, alguien que tenga el poder para reescribir las estrellas. Tú tienes ese poder, Diosa de la Tierra.

– Realmente, es un plan brillante, Asclepios…

Es así como a partir del primer día del Año 2012, por Decreto Estelar de Gaia, Ophiucus y el Dragón intercambiarán sus posiciones estelares.

Desde ese momento el Dragón formará parte de las Trece Constelaciones Zodiacales, se convertirá en el Noveno Símbolo del Horóscopo Occidental ocupando un lugar entre los Signos de Escorpio y Sagitario.


FIN
Referencia:
[*] Letra de la Canción “Innuendo” de Queen


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